8 de diciembre de 2006

Desclasificando archivos


Esto es algo que escribí hace mucho tiempo. Hace ya tanto tiempo, y que con esta cosa de hacer públicos tus pensamientos ahora puedo mostrar. Esa es la idea, o no?

Marzo, 2006
A Eva y María
¿Cómo te fue?
La típica y ya irritante pregunta que todo el mundo me hace desde que llegue.
Es imposible resumir mis últimos seis meses de vida en una respuesta concreta y que no signifique alardear de lo que hice y de lo que vi. Porque claro, todo el mundo que me pregunta en el fondo sabe que me fue genial, que lo pase la raja, que me enamoré hasta las patas de Barcelona, que recorrí más países en 2 meses que en 22 años… pero si esa es mi respuesta, arriesgo una sentencia de mina quebrá.
Se me vienen tantas imágenes a la cabeza, pero no puedo evitar la nostalgia porque en todas las imágenes se repiten dos personas: Eva y María.

María a sus 22 años es fisioterapeuta y es catalana a pesar de que nació más cerca de Madrid que del Mediterráneo. Vivía conmigo en un piso compartido (menos caótico que la película, a veces) junto a Maria Joseph, una treinteañera catalana de tomo y lomo, con todo lo que eso implica: pocas palabras, pero un cariño y una bondad infinita.
Eva es la mejor amiga de María y es la inquilina adoptada. Eva estudia Periodismo en la universidad a la que fui. En teoría éramos compañeras, pero lejos compartimos mucho más en el sillón de mi casa que en cualquier sala de clases.
A María le cargaba que se lo dijera, pero entre las dos realmente me salvaron la vida, porque a parte de los clichés de que estoy sola, no tengo a nadie que me apoye, etc., realmente me ayudaron en todo y más de lo que me hubiera imaginado. Lo más importante: me enseñaron cómo ver las cosas.
Con ellas me di cuenta lo hermosa que son Las Ramblas en verano, con sus perfectos y frondosos árboles mientras los recordábamos caminando por ahí en invierno, o lo cautivante que es ver el Mediterráneo negro mientras te empapa la lluvia un día de febrero.
Quizás lo más difícil es aprender a ver hacia adentro, a conocerte, pero de verdad, porque en tu rutina ya adoptaste un personaje que no te hace cuestionar tus propias reacciones ni te expones a situaciones que te descoloquen.
Sola, al otro lado del charco, debes hacerlo, a diario.
Lejos, saber ahora como soy, con mis infinitos defectos, persistentes mañas y suficientes virtudes, es el mejor regalo que me pudieron dar, nenas.
Y por eso, desde este lado del mundo, con la sangre en la cabeza como ustedes creen que se vive acá, les dedico estas humildes palabras.
Les estimo molt!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Faltan 3 meses para que se venga Eva. Me imagino tu nerviosismo y emoción. Piensa como dividir tu pieza.
Se que te quieren mucho ellas dos, y el amor que sienten ellas 2 por ti, es equivalente al tuyo por ellas, pero triplicado.
Eso.
Cristián

Bebe dijo...

Hoy me he acordado que hace un año hacíamos el amigo invisible, envueltas en humo, cerveza y mantas... Aquí dejaste tu huella. Yo me quedo aquí para leersela a todo el que quiera.
Besitos
PD.Acabo d descubrir tu blog, por qué no me dijiste nada????